Plantilla feita por Susi

A FRANCIA, de las devotas de la Medalla Milagrosa

Había mucho tiempo que las distintas Asociaciones de la Familia Vicenciana trataban de organizar un viaje a Francia, con el dexeo de conocer de cerca los lugares donde nuestros fundadores nacieron, crecieron y sementaron con su santidad la semilla de la Evangelización.
Finalmente, este año nos pareció conveniente llevarla a cabo, por ser el bicentenario del nacimiento de Santa Catalina.
Comenzamos con los preparativos ya en Noviembre del pasado año y ya en Abril del 2008, el día 27, a las 6:00 de la mañana salía el autobús desde la Isla de Arosa con el primer grupo. Paulatinamente nos fuimos incorporando los demás.
El trayecto fue maravilloso, lleno de satisfacción, alegria, humor,... y también paz, silencio y adoración.
No fue fácil encontrar el Centro "San Vicente de Paul", pero por fortuna encontramos a alguien que nos ayudase y casualmente no fué otro que P. Paul, quien amablemente nos acompañó todo el tiempo explicándonos todo con detalle.
Al día siguiente marchamos ya para París. Es difícil de expresar en unas líneas lo que se vive en la capilla de las Apariciones. Es algo muy personal que queda para uno mismo y que impulsa a ser más caritativos. También tuvimos tiempo de disfrutar de todo lo bueno y hermoso que ofrece esta ciudad: museo de Louvre, Campos Eliseos, Arco del Triunfo, la Torre Eiffel,... Gracias a la generosidad del conductor también disfrutamos de la luminosidad de Paris durante la noche.
El día 30 fuimos a conocer la tierra natal de Santa Catalina donde estuvimos excelentemente atendidas por nuestra acompañante, Sor Carmen y las demás hermanas.
Ya de vuelta pasamos por Lourdes. No podían faltar la visita a la Basílica, orar en la Gruta y hasta recorrer los pasos del Vía Crucis. Todo invitaba a la oración. Nadie se cansa de estas cosas cuando se lleva al Espíritu Mariano muy dentro.
Nuestra última parada oficial fué en San Sebastián, pues muchas deseaban saciar la curiosidad de ver una ciudad tan encantadora.
Que este peregrinar nos sirva a todos para reafirmar el compromiso de vivir con más fuerza nuestra devoción mariana y que nuestros pobres sean los únicos beneficiarios de nuestro quehacer diario.
Un saludo de agradecimiento a todos y todas que hicieron posible este viaje.





Gracias